sábado, 5 de febrero de 2011

Querida Carla.

Querida Carla.
Me gustaría poder decirte lo que ha pasado en este puente en mi pueblo. Te acuerdas de aquella chica de la que te hable, de la primera chica que me enamore, pues bien, me la encontré nada más bajar del coche. Estuve hablando con ella sobre muchas cosas, hablamos desde lo que pasó hasta de lo que podría haber pasado. Me dijo que no me había olvidado que siempre que quería salir con alguien se acordaba de mí que no había encontrado en nadie ese amor que yo la daba, también me pidió disculpas por haberse ido con otro, que luego el otro, lo único que quería era poder follar con ella. Una cosa llevo a la otra y esa llama de pasión que se había apagado en nuestros corazones volvió a surgir, tanto que volvió a surgir que cuando quedamos el segundo día no pudimos contener nuestros deseos y con un beso los dos nos envolvimos de nuevo. Estoy hecho un mar de dudas, puesto que después de ella tú hiciste todo lo posible para que volviera a sonreír, para que volviera a quererme queriéndome tu, para que volviera a confiar en la gente, para que volviera a tener una razón por la que seguir con vida. Estoy asqueado de mi mismo por besarme con otra estando contigo, es mirarme en el espejo y que me de asco aquello que veo. Puff es pensarlo y se me viene el mundo encima. Sé que el que sea mi ex, el que los recuerdos revivieran, el que estuviera enamorado de ella durante dos años, no es excusa para hacerte esto. Ahora me pregunto el por qué no pensé esto mientras estaba con ella, no entiendo cómo me pude haber olvidado de ti. Siento que no me conozco, que esto no es propio de mí, me gustaría pensar que todo es una pesadilla, pero me levanto y me siento repugnado, me levanto y tengo esa sensación de haberte fallado, me levanto y no me veo sincero, me levanto y ya no me quiero.  Me gustaría poder darte alguna explicación pero es que no la hay, me gustaría poder encontrar un culpable, pero el único que hay soy yo, me gustaría poder volver atrás y cambiar mis errores, pero ahora solo me queda asumirlos, sé que cuando te lo cuente estarás decepcionada de mí como yo lo estoy ahora mismo. Tengo unas ganas enormes de contártelo porque siempre te lo he contado todo, pero lo que menos quiero en este mundo es hacerte daño, no quiero ver caer tus lágrimas por mí, por alguien que no te supo amar como te mereces. Derramo mis lágrimas porque yo sé quien se las merece y tú sin dudarlo ni un segundo te mereces todas mis lágrimas, puesto que eres una de las mejores personas que he conocido nunca, y jamás te olvidare. Lo siento, sé que es tarde de arrepentirse, pero mejor tarde que nunca, o eso dice un refrán. Espero que algún día sepas perdonarme.
Te quiero.
Rubén.

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