Raquel era una princesa, la princesa más bella de todos los reinos, era alta, con una silueta muy atractiva, su melena era larga, rizada y rubia, sus ojos eran como dos esmeraldas. Todos los días se levantaba con un montón de regalos de sus pretendientes, sus pretendientes eran guapísimos y tenían grandes riquezas. Un día por la mañana, Raquel al acercarse al balcón de sus aposentos, vio que hacia un día maravilloso, y se dispuso a dar un paseo por el jardín de su palacio. Allí se encontró con un muchacho con el torso desnudo, era un jardinero de palacio. El muchacho al verla pasar se puso una camiseta y le pidió perdón por habérsela quitado. La princesa le pregunto su nombre, este muy amablemente le respondió Fernando. Fernando muy cortésmente, como estaba quitando las malas hierbas, cogió la rosa más hermosa del jardín y se la dio. Raquel al ver ese gesto tan bonito le pidió que le acompañara en su paseo. Durante el paseo hablaron sobre muchas cosas, y de repente surgió el tema de pretendientes; él le reprocho que no entendía que con todos los pretendientes que tenía como no había escogido todavía a ninguno, que si no eran lo suficientemente buenos para ella. Raquel al escuchar tal barbaridad se retiro a sus aposentos sin decir ni una palabra. Al llegar, no se podía creer que él que no la conocía pensara eso de ella, y que seguramente al igual que él lo pensaba mucha gente del reino lo pensara también; de la rabia contenida se puso a llorar. A la mañana siguiente volvió a dar un paseo por el jardín y Fernando le pidió una y mil veces disculpas por su actuación del pasado día, ella le dijo que le volviera a acompañar en su paseo, ella le explico que no buscaba a alguien guapo ni a alguien que tuviese mucho dinero y que seguramente ellos vendrían a buscarla por esos motivos, ella buscaba a alguien con quien poder compartir su vida y no solo una apariencia, que le quiera realmente por como es y no por sus riquezas, que los detalles y regalos no sean los más caros del mundo, sino que sean hechos con amor y cariño. Fernando al escuchar todo esto se quedo asombrado, y se dio cuenta de que aparte de ser una persona muy guapa era incluso más bella por dentro. Fernando retrasó todo lo que pudo su trabajo pues había conocido a la mujer de sus sueños, y día tras día quedaron para dar paseos y parra conocerse mejor, y en uno de esos días Raquel se dio cuenta de que él era el hombre que buscaba, que era el único con el que había compartido tanto tiempo en su vida y que se preocupaba por ella. Su primer beso surgió tras una mirada profunda y tras el deseo de juntar sus cuerpos. Raquel hablo con sus padre para contarles lo que había pasado y que quería que él fuese su amor para el resto de sus vidas. Sus padres pensaron que era una estupidez, pues así el reino no aumentaría sus riquezas, pero ella no escucho a su cabeza, sino a su corazón. Sus padres al darse cuenta de la felicidad de su hija, que era lo que en el fondo todos los padres quieren por sus hijos, decidieron organizarles la boda. Al celebrarse la boda, muchos de los pretendientes quedaron indignados y toda la gente del pueblo se sorprendió por tener a una princesa con valores, y no tan superficial como de costumbre. No os dejéis llevar por las primeras impresiones.
Hola Guapísima! ;)
ResponderEliminarOtra vez nos haces sentir el amor con otro caso diferente y todos con finales felices! :)
Cuando he leido esta entrada me acordaba cuando era peque y leía los cuentos de princesas y principes!
Aunque me gustan mucho más tus historias! :P
Sigue escribiendo!
Muchos Besoss Teequiieroo
~~AndRea~~