Hola Mario.

Hola Mario:

Sé que nunca leerás esta carta, pero algún día cuando sea capaz de poder hablarte y mirarte sin derretirme te las daré o algo mucho mejor te las leeré. Sentada al lado de la ventana, pudiendo sentirme libre mirando a los pájaros que vuelan, prefiero mirarte a ti, porque cada vez que te miro me sumerjo en un mundo en clase solo estamos tu y yo, donde imagino estar hablando contigo durante horas y horas, día tras día. Tu pelo castaño cual suave osito de peluche, tus ojos  tienen una mirada tan profunda, que me hacen sentir insignificante, tus labios son la perfección de mis sueños; ahora sé a quién pertenecían esos labios con los que tanto soñaba, esos labios que cuando me hablas no paro de mirar, pues me muero por besarlos. Me quedo hipnotizada con tu aroma, puf es algo que no puedo ni describir. Tu forma de estar, tu forma de actuar, tu forma de hacer reír, todo tu en general me parece perfecto. Solo hay un problema, no estás libre, algo normal en alguien como tú, siempre las mejores personas o están pilladas o no quieren nada (debo de ser yo). Me gustaría poder decirte que yo te trataría mucho mejor que ella, pues ella solo está contigo por no estar sola, lo sé porque la escuche hablando con una amiga suya en el baño. Me encantaría poder contártelo, pero seguramente no me creerías, apenas me conoces y no ibas a creer en mí antes que en ella. Si supieras que cada vez que me miras me haces sentir importante, aunque tal vez sea porque te sientes acosado tras mis miradas durante horas. Si supieras que nadie te iba a amar como yo lo hago, si ya te amo sin poder tenerte, imagínate como sería estando contigo. Cuando estoy en casa viendo pasar las horas eres tu quién invade mi mente, no paro de pensar en un mundo de color rosa contigo, aunque a mí no me importaría que fuese de cualquier otro color, lo único que me importa es que seas tú quién lo comparta conmigo. Adoro la música, me paso la otra parte del tiempo en ella, además es mi mejor amiga pues siempre logra expresar mis sentimientos; tú tocas la guitarra y como cada acorde suene tan bien como cada palabra que sale de tu boca, tendrás todo y cuanto quieras. Me acuerdo de la última excursión que hicimos con el colegio, te quedaste dormido en el bus y hasta estando dormido me pareces guapísimo. El día que te conozca espero no llevarme una sorpresa y ver que toda tu perfección física la lleves también por dentro, que seas una buena persona. Haces que me sienta triste por recordar una y otra vez que no estás a mi lado, triste por tal vez tener una idea de ti muy equivocada, triste porque añoro a alguien a mi lado, triste por no saber quererte. Solo tú puedes llenarme de alegría la tristeza o hundirme en la miseria.

Muchos besos.

Lucía.